sábado, 7 de enero de 2012

Secreto Flamenco


La relación de Buenos Aires con su madre patria, España, empieza por la relación de Buenos Aires con Andalucía. Con la región geográfica de la península que en primer lugar dedicó hombres y recursos para ponerlos al mar y cruzar el océano.

Brasileños y extranjeros en general, pero especialmente aquellos que aprendieron castellano en España, o a la manera española, notan que una diferencia principal entre la dicción peninsular y la sudamericana es que aquí no usamos la zeta. Esa zeta suave y clara que implica poner la punta de la lengua entre los dientes. Tan Castellana. Tan Leonesa. Tan Aragonesa.

Aquí hablamos con eses. Con zumbidos. Con palabras no terminadas. Con finales digeridos.

Por qué? Cabe preguntarse.

Fácil. Escuche hablar a un “andalú”. Si es genuino. Si salió de un barrio de Sevilla. Si visita las cuevas del cante en Huelva o Jaén, no conoce las zetas. Cosas del norte, dice.
Avenida de Mayo, en Buenos Aires, esconde algunos secretos de ese sur español, tan particular, tan cercano. Algunas herencias secretas.

Si hay algún lugar donde el cantejondo tiene una comunidad propia, una autonomía y una potencia destacable, por fuera de la propia Andalucía, ese es Buenos Aires.

Hay que recorrer Avenida de Mayo entre Lima y San José, caminar lentamente, percibir el ambiente español, entrar a preguntar en el Hotel Castelar cuándo se alojó ahí el gran Federico García Lorca, caminar el 36 Billares una tardecita y meterse hasta los fondos, donde los hijos, nietos y bisnietos de aquellos andaluces charlatanes y amables se arremolinan a jugar mus, sentarse a tomar una caña en Ávila y terminar la noche en Cantares. Es una faceta desconocida para turistas extranjeros.

Qué buena idea!!…

Terminar la noche en Cantares…

Eso.

Buenas noches!

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